Buque Sorolla de Trasmediterranea
FERRYBALEAR, 02B
Trasmediterránea ha sido la sorpresa de los resultados de su matriz, Acciona. La naviera acumuló en los primeros nueves meses del año un beneficio antes de impuestos (ebitda) de 30 millones. La cifra ha crecido espectacularmente desde, por ejemplo, los siete millones que logró en la misma línea de la cuenta de resultados en 2011. Desde entonces la cifra ha crecido con constancia.
Los analistas consultados por este diario coinciden en reconocer que el control de gastos y, por tanto, la mayor eficiencia de las operaciones están detrás de la evolución de la otrora compañía pública. Se han identificado las embarcaciones más antiguas y se han segregado en una filial para alquilarlos a terceros. Las rutas propias se operan con aparatos alquilados, que permiten obtener un mayor rendimiento por viajero.
El cambio de estrategia activado en 2011 ha logrado obtener beneficios de las rutas en pérdidas gracias a la gestión de la flota. Cada trayecto se opera ahora con buques adecuados en tamaño y velocidad a la demanda del mercado. Como en las aerolíneas, el ahorro en combustible derivado de estas decisiones ha ayudado a girar la cuenta de resultados.
Escasez de inversiones
Los costes energéticos también han retrocedido como consecuencia del plan de optimización de frecuencias desplegado por Trasmediterránea. De este modo se navegan sólo las millas rentables tanto para el transporte de carga como de pasajeros. La desaparición de competidores low cost, sobre todo en rutas críticas como las del estrecho de Gibraltar, ha dado brío al capítulo de ingresos.
La gestión es el único ámbito interno que favorece, por ahora, el negocio de Trasmediterránea. Su matriz, Acciona planea venderla para lograr ingresos extraordinarios. El grupo de la familia Entrecanales aun arrastra el contrapeso de los cambios regulatorios introducidos por el Gobierno en materia energética, que penalizó las inversiones en renovables, y la crisis de la construcción, segunda pata de la firma. Desde que Acciona colgó el cartel de se vende, varios fondos de inversión han festejado la naviera.
En todo caso, los expertos destacan que si el nuevo propietario acomete inversiones, Trasmediterránea podría recuperar la posición de liderazgo con los mimbres ya extendidos de una gestión que ha permitido cuadriplicar resultados en sólo tres años.
Los analistas consultados por este diario coinciden en reconocer que el control de gastos y, por tanto, la mayor eficiencia de las operaciones están detrás de la evolución de la otrora compañía pública. Se han identificado las embarcaciones más antiguas y se han segregado en una filial para alquilarlos a terceros. Las rutas propias se operan con aparatos alquilados, que permiten obtener un mayor rendimiento por viajero.
El cambio de estrategia activado en 2011 ha logrado obtener beneficios de las rutas en pérdidas gracias a la gestión de la flota. Cada trayecto se opera ahora con buques adecuados en tamaño y velocidad a la demanda del mercado. Como en las aerolíneas, el ahorro en combustible derivado de estas decisiones ha ayudado a girar la cuenta de resultados.
Escasez de inversiones
Los costes energéticos también han retrocedido como consecuencia del plan de optimización de frecuencias desplegado por Trasmediterránea. De este modo se navegan sólo las millas rentables tanto para el transporte de carga como de pasajeros. La desaparición de competidores low cost, sobre todo en rutas críticas como las del estrecho de Gibraltar, ha dado brío al capítulo de ingresos.
La gestión es el único ámbito interno que favorece, por ahora, el negocio de Trasmediterránea. Su matriz, Acciona planea venderla para lograr ingresos extraordinarios. El grupo de la familia Entrecanales aun arrastra el contrapeso de los cambios regulatorios introducidos por el Gobierno en materia energética, que penalizó las inversiones en renovables, y la crisis de la construcción, segunda pata de la firma. Desde que Acciona colgó el cartel de se vende, varios fondos de inversión han festejado la naviera.
En todo caso, los expertos destacan que si el nuevo propietario acomete inversiones, Trasmediterránea podría recuperar la posición de liderazgo con los mimbres ya extendidos de una gestión que ha permitido cuadriplicar resultados en sólo tres años.
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