Vista de la entrada de agua y desperfectos en el Barco
FERRYBALEAR, Última HoraLos viajeros del buque de Transmediterránea que este pasado domingo unía el puerto de Maó (Menorca) con Valencia, previa escala en Palma, tardarán en olvidar las horas pasadas en alta mar.La percepción generalizada en el pasaje era de que el capitán «se la había jugado al no cancelar el trayecto», por el fuerte temporal marítimo y de viento que azota las costas.Según relatan algunos de los pasajeros a bordo, las oscilaciones producidas por el mar embravecido no han cesado en toda la noche, una de las más «movidas» de las que recuerdan los más acostumbrados a utilizar este medio de transporte. Aunque lo más crítico sucedió sobre las 2 de la madrugada de este lunes.
«Una ola golpeó con fuerza el barco, rompiendo algunos de los cristales que protegen la sala de butacas ubicada en la proa. La tensión y el caos fueron considerables, ya que el cristal, que es de un gran grosor, se rompió en mil pedazos y el agua no dejaba de entrar».La solución la encontraron, como puede apreciarse en las imágenes, con tableros tapando el hueco y barras apuntalándolos, y cerrando después la sala de butacas y alojando al pasaje en camarotes.
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