La Naviera Baleària maneja previsiones de cerrar el 2.015 con 30 millones de benefícios y estudia la posibilidad de nuevas rutas con el Norte de África

La naviera mejora su resultado de explotación, reduce endeudamiento y centrará su crecimiento internacional en el Caribe y el norte de África

Ferry "Bahama Mama" de Baleària

FERRYBALEAR, Las Provincias

Baleària prevé cerrar este año con un resultado neto de 30 millones, cuatro más que el anterior, un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 66 millones frente a los 57 de un año antes y una facturación «en torno a 260 millones, que ha subido sensiblemente» respecto a 2014, cuando la cifra consolidada del grupo alcanzó los 269 millones, según avanzó su presidente, Adolfo Utor, que valoró la situación actual y su relación de «buen matrimonio» con Abel Matutes, «un socio muy cómodo, que no pide pan».

A falta de que concluya la auditoría de las cuentas del ejercicio que cerraron el pasado 31 de octubre, el consejero delegado y máximo accionista anunció que este año prevé repartir beneficios por primera vez en la historia de la empresa, al término de un año en el que la deuda bajó en 30 millones y se situó en 120, lo que «no llega a dos veces el Ebitda» y supone una «situación inmejorable para volverse a endeudar», como hizo en 2009 y 2010 cuando invirtió 350 millones en cuatro barcos.

En los próximos 15 días, Utor prevé cerrar un acuerdo para construir un barco -con compromiso de otro más adelante- con un astillero italiano o con La Naval, de Bilbao, o con ambos, uno con cada uno.

La naviera con sede central en Dénia está volcada en su expansión internacional, centrada en el Caribe y el norte de África, donde aprecia oportunidades de crecimiento y estudia una línea entre Valencia y un puerto cercano a Orán (Argelia) y ha trabajado en opciones para el tráfico desde Barcelona a Túnez.

En el Caribe, tiene «un proyecto muy ambicioso, aún en estado embrionario», en el que la clave es Cuba, como «punto central con muchas posibilidades para desarrollar el modelo de negocio» de transporte de pasajeros y mercancías rodadas con el que se ha triunfado en el Mediterráneo. La naviera cuenta ya con los permisos de Estados Unidos para operar con la isla a falta de la autorización de las autoridades cubanas, a las que ha presentado un proyecto para invertir cerca de 35 millones de euros en la construcción de una terminal para operar ferris que comuniquen la isla con EE UU y otros destinos, que también sería apta para cruceros, además de crear una red de barcas solares que unan distintos puntos de la bahía de La Habana. De hecho, ésta podría ser crucial para convencer al Gobierno cubano, que ha mostrado interés en esa parte del proyecto mientras estudia el resto, sometido a la maquinaria del sistema monopolístico, centralizado y de planificación, donde todo requiere su tiempo.

Al haber quedado fuera del último plan de inversiones, que sí incluye una terminal de cruceros no apta para ferris, Baleària estudia otra opción para abrir mercado en Cuba, unir fuerzas con un socio italiano para convertir un astillero para embarcaciones pequeñas de reparación y auxilio a buques, incluido en ese planeamiento, en otro mucho más ambicioso donde se construyan 'fast ferries' que permitan dar solución a conexiones con pequeñas islas.

Además, en 2016, Utor ve posibilidades reales de concretar la ampliación de la conexión actual en Nassau (Bahamas) y otra ruta de San Pedro Maconis (República Dominicana) a puerto de Mayagüez (Puerto Rico), a la espera de que salga el concurso público relativo a las rutas de Fajardo a Vieques y Culebra.

Por otro lado, la empresa apuesta firmemente por la implantación de motores de duales, también a gas, por la mejora del servicio a bordo y por el desarrollo de un sistema de gestión inteligente para hacer planes de negocio, con software de IBM, que la naviera espera poner en marcha antes de fin de año.